viernes, 2 de agosto de 2013

+ || Relaciones con los miembros de la familia.








» Hannibal: Padre de Sebastian, de una raza poco común y bastante difícil de encontrar, los Buguhuul. Su relación siempre ha sido como un objeto inanimado: fría, lejana, seria… pero a la vez respetuosa. No le agrada en absoluto aún siendo su creador, pero debido a este hecho y a que es muy poderoso, mantiene las formas con él y guarda silencio.
Ambos están introducidos desde hace mucho tiempo en una batalla muda por el mando de la familia, pero Sebastian, al ser aún joven y no haber logrado sacar todo su potencial, no logra situarse como cabecilla de la extraña familia. (
Pero en verdad, ese motivo es una excusa que utiliza para odiarle, sí, es verdad que él quiere ser el jefe, sabe que tiene cualidades y lo haría mejor que Hannibal, pero la verdadera razón que tiene para odiarlo es por el hecho de que cuando era joven lo abandonara.
No entiende como un padre puede abandonar a sus hijos y no preocuparse de ellos durante años, y luego pretender volver, meterse en sus vidas y manejarlos como si debieran de tenerle respeto.)
Él, Búa y Boo son las únicas personas capaces de sacar a relucir el peor lado de Sebastian en cuanto a agresividad. Las peleas entre ellos ya es algo tan normal como los delirios de Búa y Boo. De hecho, uno de los objetivos que tiene es poder matarle algún día, es algo con lo que sueña desde que era joven, algo casi imposible, pero que él intentará de cualquier forma. 
Normalmente tiene una actitud desafiante ante él, muy burlesca en ocasiones, le intenta humillar, usa como armamento la guerra psicológica ya que físicamente sería bastante complicado poder causarle ni un mínimo daño; a pesar de todo lo oculta bajo esa sólida capa de fingido respeto. Eso no quita la cierta admiración que le tiene, Sebastian desearía ser como él, en cuanto a poder, pero solamente en eso.


» Ritha: Tienen una relación de tira y afloja desde la primera vez que se conocieron, y la mayor parte de las veces es por culpa de él, ya que adora irritar a cualquier persona de su alrededor y aún más si se trata de su hermana. Pero en cierto modo también es con la que mejor se entiende a nivel intelectual, ya que ambos son personas maduras y bastante cultas, por lo que tienen mayor afinidad. Siente bastante admiración y respeto por ella, ya que le asombra el cómo consigue manejar a todos los miembros de la familia y, sobre todo, la paciencia que tiene con ellos. Lo que más admira de ella sin duda es el hecho de que durante tantos años haya llevado las riendas de la familia, y que sin ser su obligación ella decidiera ponerse en el papel de madre. Es a la primera persona a la que siempre va cuando tiene un problema. Son pocas las ocasiones en las que Sebastian pierde el control de sí mismo, pero en los momentos que sucede, sin duda, Ritha es la única que puede llegar a calmarlo sin recibir daño alguno. (*) Antes de que se amoldasen a la familia, durante ese período en el que Hannibal abandonó a Sebastian, los dos demonios tuvieron algo parecido a una... relación. Una extraña relación. Cuando se enteraron de que eran familia decidieron olvidarlo todo y actuar como si nada hubiese ocurrido. Aún así de vez en cuando Sebastian le busca las cosquillas sobre dicho tema, y Ritha trata de rehuir de éste, por donde puedan llegar a parar.



» James. Con James tiene la relación más cercana, más próxima, pues desde los seis hasta los dieciocho años de vida los vivió junto a él, bajo su protección y su cuidado, cuando Hannibal lo abandonó a su suerte. Es en quien verdaderamente confía, en quien verdaderamente cree, a quien verdaderamente agradece, y sobretodo, con quien en realidad saca su parte “divertida”. Suelen jugar a picarse, a bromear, a contarse entre ellos los secretos y las acciones más escondidas de su mente. Siempre le defenderá ante todos, ante cualquiera, incluso, le coloca sobre su padre aunque aparentemente no lo parezca.



»Ginger : No se soportan, y es algo que se capta a kilómetros de distancia. Las miradas frías que se lanzan podrían derretir al iceberg más arcaico que habita sobre la faz de la Tierra. Parecen odiarse tanto, que los demás miembros de la familia prefieren que siquiera se crucen, pues saltan chispas entre ambos enseguida.Al contrario que Ritha,  Ginger es una persona muy impulsiva y con poco aguante, por lo que cuando hace eso tiende a ponerse agresiva, cosa que siempre termina en pelea. Aunque más bien la pelea se basa en Ginger pegando a Sebastian y él evitando los golpes; nunca pondría la mano encima ni a Ginger ni a Ritha, muy enfadado debería de estar para que esa situación se diese. Bajo ese odio incomprendido por todos, se esconde la verdadera razón: protección. Se sienten tan unidos el uno con el otro, que lo temen y a la vez rechazan y alejan. Sebastian no dudaría jamás en defender a su hermana Ginger ante cualquier cosa, cualquier peligro… Y viceversa.



» Búa: La relación con la pequeña no se adapta a una línea sin variaciones, sino, que por el contrario, todo depende de la niña y de su estado de ánimo. Al principio le costó acostumbrarse a la presencia de un infante en la familia, pero aprendió a ignorarla e incluso a veces logró olvidarse del nuevo miembro. ¿La razón? Celos. Celos de que Hannibal se hubiera pasado años de su vida cuidando a esas pequeñas, que ni si quiera eran sus hijas biológicas, y educándolas cuando tenía tres hijos más. De hecho las culpaba a ellas por el abandono que sufrió, le resultaba más fácil pensar aquello que ceñirse a la realidad. Pero toda esa rabia que tenía y esos celos fueron desapareciendo conforme iba conociendo a esas pequeñas e iba averiguando más sobre su vida pasada; pasó de sentir odio a sentir compasión. Hannibal convirtió a una inocente pequeña en dos monstruos psicóticos y con un aspecto demacrado y asqueroso. Por un momento se imagino a la dictadura del terror que les había sometido Hannibal durante años a ambas y creó ciertos sentimientos sobre ellas. En verdad sentía una mezcla entre compasión por ellas pero admiración, admiración por lo que su padre había conseguido hacer a aquella niña. Conforme fue pasando el tiempo la relación entre ambos fue mejorando, medianamente, ya que con ellas nunca se puede tener buena relación (Unos meses más tarde algo cambió entre los dos. Descubrieron algo que compartían, o más bien, que complementaban. Sebastian es un idolatra de la novela negra y policíaca, y una noche que leía en voz alta se encontró con Búa escuchando. La atención que ponía la niña al escuchar la historia le llenó tanto que leer para ella se convirtió casi en un hobby. Búa representa las muertes de las historias que Sebastian le cuenta y las convierte en arte fotográfico sin dudarlo.). Siente fascinación por ellas, más bien por conocerlas, ya que cuando parece que ya lo ha visto todo alguna paranoia de ellas sale a relucir para asombrarlo. A diferencia que con sus hermanas, a ellas sí que les pondría la mano encima, de hecho, ya ha ocurrido más de una vez. La razón es porque él es completamente consciente de que ellas son el doble de fuertes que toda la familia junta y muchas veces rebajarse a ese nivel es la única manera de controlarlas. En verdad, aunque nunca lo haya admitido ni haya dando la impresión, Sebastian suele temerlas y bastante, es perfectamente consciente de la poca cordura que tienen y de lo imprevisibles que son. Sabe que en el momento en el que se le crucen el cable acabarían con él sin darse cuenta. Al igual que con Ninna también tiene cierta sobreprotección sobre ellas, pero de otra forma, sabe que a ellas no hace falta defenderlas de nadie, lo saben hacer ellas solas, a excepción de una persona: de sí mismas. Cada vez que desaparecen, él es el primero en ir a buscarlas, aunque nunca admitirá estar preocupado por la seguridad de ellas. (*) Siempre le ha gustado tratar a Búa-Boo como a una única persona, no como los demás hacen, que parecen hablar con dos.







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