jueves, 23 de enero de 2014

+ || Biografía - Actualidad.



*Pequeños lapsos de tiempo: Dios destierra a Sebastian, deja que caiga… ha sido invocado. Ya no es un ángel, ahora es un demonio, un ángel caído, un seguidor de Lucifer. Desconoce el motivo por el cual Dios le abandona.*

6 de Marzo de 880. El rey de la época fue Harald I de Noruega, comúnmente conocido como Harald cabellera hermosa – Sebastian nació de formas que desconoce, en mitad del bosque de Hedmark (Con protector del reino de Hedmark Ragnar Rykkel, hijo de Harald I de Noruega y Svanhild Eysteinsdatter, cuarta mujer (de siete) con la que se alarga la dinastía de Harald.


Hannibal y Sebastian se instalaron en la pequeña casa del buguhul, la cual hacía mucho tiempo que no visitaba, en Finlandia, a los pies del lago Jesagur.

A los seis meses Hannibal abandona a Sebastian, dejando únicamente promesas rotas y como demostración una licántropa delirante de cuales son los poderes del buguhul frente al que había llamado “hijo”.

Sebastian conoció a James el 12 de Septiembre del 880, en Noruega. Se instaló junto a él a los pies del lago Siljan, hasta los 18 años reales (hasta los 10 años no mantuvo conversación con James, prácticamente). Hasta el 898, que marchó a Gales con el fin de poner en práctica sus dotes de traductor.
Ayudó al rey Taliesín, fue su primer “gran empleo”, y duró 2 años (hasta el 900) en Gales hasta que rechazó a la princesa Ceridween y fue expulsado del condado y volvió a Hedmark con el objetivo de encontrar a Hannibal.

Fueron años de tormento, metiéndose en temas verdaderamente peligrosos y arriesgados… Hasta el punto de tener que hacer un pacto con el conocido Papa Legba. Sebastian en esa época se convirtió en un verdadero destripador, y jugaba a pactar con los humanos y a apostar, ofreciéndole cumplir sus deseos en el caso de acertar, y en el caso de no, quedarse con su alma y darle tres años de vida más para cumplir lo que deseaba.
Al principio fue todo verdaderamente fantástico… Recolectaba esas almas y se las entregaba a Papa Legba, con quien había hecho ese pacto, pero poco después conoció a las hermanas Darlewn, quienes a pesar de ser muy distintas, lograron hacer que Sebastian se tranquilizara poco a poco y aprendiese a apreciar a los humanos… Eran vendedoras ambulantes, huérfanas, y su padre las maltrataba y se aprovechaba de ellas cuando deseaba.

Al romper ese pacto con Papa Legba, fue directamente guiado al infierno. Sebastian ya lo veía todo de una manera diferente, comenzó a apreciar la poca vida humana que albergaba en su interior, por lo que el propio Lucifer (quien le juzgó) le condenó a hacer lo que más odiaba: torturar almas inocentes, esas almas que recolectaban otros demonios y eran entregadas a las entrañas del infierno. Su maestro era llamado “El destripador” (realmente, Ketscun Blackwell) y se encargó de que Sebastian siempre se arrepintiera de aquello que había hecho.

Cumplió la pena, y volvió a la Tierra en 1035, en mitad de la disolución del Califato de Córdoba en España: reinos de Taifas. El Islam y el cristianismo son las religiones por excelencia del siglo, aunque el judaísmo también era realmente importante, y quien pagó cara su sabiduría.
Acudió a Jerusalén, donde se internó en un Miskan (templo judío) y trató de sobrevivir… Mas no tardó en arder Jerusalén por atentados cristianos y judíos.

Ahí fue cuando decidió viajar y pararse en ningún sitio en concreto… Durante esos viajes, Sebastian inventó un amigo imaginario llamado Catorce, que fue su único acompañante hasta que en la India conoció a Odalys.

…Otros muchos numerosos viajes… Donde sigue fielmente las “hazañas” de personajes históricos como Gengis Kan (1222), Juana de Arco (1429), Colón (1492), Martin Lutero (1517), Luis XIV enfrentado contra la Triple Alianza (1668), El papa Pío VI (1774), Robespierre (1794), Lamarck (1820), Alfonso XII (1875)…
[ Aquí añadiré tramas pasadas que me propongan diferentes personajes… Por lo que adelante. ]

Conoció a Helienna en Omán, en 1823 (el sultán era Said ibn Sultan Al Said), y ella le abandonó el 6 de Marzo de 1824, unos meses después, el día de su cumpleaños. Le robó el alma, literalmente, junto a un guardapelo que le regaló.

Viajó a España, vivió durante un tiempo en A Coruña, pero no tardó en cansarse de ello y probó algo nuevo… Se unió al ejército español, en la Primera Guerra Mundial. El solo se dedicaba a escribir todo lo que veía en el campo de batalla (le habían destinado al norte de Marruecos) para La Gaceta, y allí conoció a Creig, el médico encargado de curar a cualquier persona, sin importar de qué bando fueren.

[ En éste momento pisó Idhún, pero no lo recuerda bien, tiene lapsos de tiempo… ]


Sebastian volvió a mostrar su cara más sádica durante un tiempo, pero logró encontrar la estabilidad gracias a una mujer rica que le contrató como sastre (haciendo trajes para los presos de los campos de concentración) en mitad de la Segunda Guerra Mundial, Hilde Kramer. Conoció a Bruno, a quien salvó y se convirtió en su pupilo, pero poco después le dejó atrás con el fin de recuperar a su familia de Auschwitz ( El 26 de Julio de 1941, instalados en el propio Berlín, hasta el 13 de Mayo de 1942 ).


En 1956 conoció a Ritha en París (En el Louvre), mantuvieron una especie de relación amorosa hasta que Hannibal apareció de nuevo para advertirles de que eran hermanos.

Sebastian volvió a Finlandia para buscar a James, mas no le encontró de inmediato y conoció a Tyler, con quien estuvo a punto de mantener una relación, pero terminó por encontrar a su hermano… Solo que acompañado por su otra hermana, Ginger.

Sebastian conoció a Eve Mezzendi en 1967, cuando tenía 15 años, a la cual le impartió clases de Literatura hasta que tuvo que marcharse.

Los tres juntos se fueron a vivir a Bergen (hasta 1979) hasta que Ritha volvió y se unió a ellos… Junto a Búa-Boo. Tuvieron que mudarse a Hedmark de nuevo, y Sebastian solo aguantó dos años con todos sus hermanos (volvió a ponerse agresivo, tenso, por la presencia de Ritha y la mocosa). En 1981 volvió a desaparecer y a hacer numerosos viajes con el fin de olvidarse de su nueva familia, sobre todo de la pequeña.

En París, de nuevo, conoció a Helena Batzcher (2011).

Terminó volviendo en el 2012, aceptando el no dejarse vencer por Búa-Boo.

Actualmente tiene un taller de trabajo con la madera en Lillehammer llamado “El Trenzalore”.

jueves, 16 de enero de 2014

+ || Goodbye horses.



Mis huesos se van acostumbrando al frío de Lillehammer… A sus calles, a sus gentes, a su forma de ser hogareña, distante a mi familia… Debería ser algo malo, el querer alejarme de ellos, pero no deseo vivir siempre estancado en la frialdad, en el desprecio de lo que soy. No quiero vivir orgulloso de saber que soy un ser despiadado, un ser aborrecible, sediento de sangre, calculador y sanguinario… Solo deseo ser “El carpintero del Lillehammer” o bien “El joven juguetero del final de la calle”. Todas estas personas no me conocen realmente, disfrutan observando como tallo pequeñas figuras, como hablo con Michael todas las mañanas cuando me sirve sin necesidad de pedírselo chocolate caliente.
Es hora de admitir que Michael es la figura paterna que siempre he deseado tener, y que cada vez que me llama “hijo” me permito el imaginar que es completamente cierto… Luego llegan los dolores de cabeza dentro de mi taller. Iver que me pide que rescate a Bathsheba, que sin saber como, ha dado con que ella ha estado encerrada durante mucho tiempo en manos de ese tal Maddox… Lo haría, de no saber que ese cura, James, está ahora con ella.
El dolor de cabeza mayor… Sombra. Hace mucho tiempo que admití que esa mujer lograba despertar dentro de mí algo que jamás había sentido… Un deseo ardiente que me invita a cerrar los ojos y dejarme llevar, sin razonar, sin pensar… No conozco lo que es el amor, el sentir de tal modo, pero si es esto que siento por Sombra… Es realmente horripilante. No. Todo desapareció en el momento en el que su olor llegó a mis fosas nasales. Por suerte, desconozco su rostro… Porque de conocerlo ese hombre hubiese deseado no pisar jamás la casa de ella. No. No es mía. Medianoche bien lo sabe, pero siento que mis manos se cierran conforme a su muñeca cada vez que me lo niegan o me lo recuerdan.
Romeo. Ese joven inconstante… ¿En qué pensaba en el momento en el que decidió sacarme de quicio? Soy un caballero… No una piedra. Puedo sentir, y sobre todo, el demonio lo hace a las mil maravillas. Un regalo, un regalo de navidad que… No sé porqué demonios lo hice, no soy partidario de esas tonterías… ¿Y… así termina? El alma de Minerva no se retorcería entre mis dedos de no ser por él. Aún así, no podré cargar con ello mucho más… No después de ver su rostro enfurecido, sus ojos desesperados, su odio en su mirada hacia mí. Maldito crío.

La mujer corriente… Alejandra. ¿Hacía cuanto tiempo no me divertía tanto con una conversación, con una tarde? Es humana, desde el primer momento logré olerlo, sentirlo… Pero sus historias me interesan mucho más que su carne. A veces tengo ganas de dibujarla, y a su hija… De conocerla.

Las hermanas Vanveeldvoorde. ¿El rencor, la decepción, la ira, el deseo de venganza? Idhún. Todo se resume al odio y al deseo de sangre. Mentira. Completamente falso. Indagando en sus vidas… He dado que desean más que nadie una vida normal y corriente. Ekaterina, valiente, imponente… Más severamente emocional, se deja llevar por sus emociones. Emmy, divertida, con gran talento… Más se preocupa por no encajar, y en realidad, es quien más amoldada está a ésta forma de vida.

Sophie, la gran soñadora.
Nora, una mujer con espíritu de niño latente.
Etzequiel, y su bondad tras un trastorno que no permite ver como realmente es.
Gabrielle, su enorme fuerza de voluntad.
Noriko, ¿Cuántas veces he deseado tener una verdadera familia desde que te conozco?
Luna, la lluvia ha pasado a ser algo bello para mis ojos…
Leslie, ¿Cuándo finalmente podremos profundizar?
Kara… Oh, Kara… Debiste de haberme golpeado.

¿Es esto tener una verdadera vida? ¿Y mis hermanos? ¿Dónde están Ritha, Ginger, James, incluso Búa-Boo…? ¿Dónde se ha metido lo que debería ser lo más importante de mí…?
Solo deseo que por favor, por favor... Él no aparezca. Que él no aparezca y lo arruine todo.

“Sebastian, empiezas a acariciar tu corazón humano…”