jueves, 17 de abril de 2014

+ || Young Volcanoes.

La carta de felicitación que llegó el día del 4 cumpleaños de Edén le sorprendió más de lo habitual. No tuvo mucho más que hacer que cogerla, y sentir ese olor tan familiar entre sus dedos, acariciar después sus fosas nasales. Cuando llamaron creyó que era su regalo, el regalo que había preparado para su hija... Pero aquella carta fue un regalo mucho mejor para ambos. No estaba a su nombre, estaba a nombre de la niña, y por eso, hasta que no la cogió sobre su regazo y la sentó en su rodilla derecha, no comenzó a leerla, frente a un fuego recién apagado.

"Querida Edén... ¿Cómo podría ser de otra manera? El bueno de Sebastian y sus nombres bíblicos. Es una buena tortura para una niña pequeña, esperemos que seas como él en un futuro y te agrade tu nombre, sino lo pasarás bastante mal en el colegio, cuando vayas. Pero aún falta mucho para eso, pequeña. Tu padre está haciendo un buen trabajo contigo; no le había visto tan entregado a algo desde que conoció a... esa persona que no creo que quieras conocer nunca, la persona que de verdad cambió la vida de tu padre hasta que te tuvo. Helienna. Mereces conocer su nombre para un día temerlo si vuelve a aparecer. Pero ésta no es una carta de advertencia, pequeña Edén, es una carte de felicitación. Cumples cuatro años, el tiempo pasa volando... Pronto tu padre dejará de preocuparse de cambiarte los pañales y se dignará a invitar chicos, futuros yernos al taller... (que por cierto, ¿no crees que es hora de comprarte una casa, Sebastian?) y ahí se volverá rematadamente loco de verdad.
Feliz cumpleaños, Edén, espero que pronto podamos conocernos. Tienes suerte de tener un padre como el que tienes... De poder haber elegido, le hubiese escogido a él entre todo el mundo, entre cualquier ángel.

PD: Espabila, hombre, y saca a tu hija a conocer mundo. ¿No fardabas de hacerlo tú siempre? Pues dignate a mover el culo de ese sucio taller con olor a madera podrida, y despejaos de una vez. Cuídate, Sebastian. Nos veremos pronto

Te quiere, Tu Gitana. Odalys."

Negó despacio. No se había percatado de la sonrisa que se había dibujado en su rostro hasta entonces... Junto al sobre había algo más adjuntado; un ticket con destino al Sahara. Una preciosa estancia durante dos semanas en un palacio casi de cristal. Disfrutarían ambos, su hija y él, de ese vigoroso trayecto. Y así hicieron. Por suerte el regalo que tenía pendiente para su hija se atrasó hasta su vuelta...